Víctor Raúl Haya de la Torre fue
el político más importante del Perú del siglo XX y uno de los más importantes
de América Latina. Desde joven hasta los últimos días de su vida realizó una
lucha constante y sin descanso para conseguir un país libre, democrático y con
justicia social. Muchas de las cosas por las que él había luchado y por lo que
miles de sus compañeros dieron su vida y sangre fue plasmado en la
Constitución Política de 1979. “Nos aguarda la tarea de cristalizar, en
principios precisos y en instituciones modernas, esos ideales de democracia y
justicia social, de pan con libertad, que fueron guión y bandera de varias
generaciones en nuestro país” dijo el Viejo al asumir la Presidencia de la Asamblea Constituyente en 1978.
La Constitución Política de 1979
fue considerada como la más avanzada de la época en América Latina y marco el
inicio de la constitucionalización de los ordenamientos jurídicos en América
Latina, trayendo a este lado del continente del neoconstitucionalismo y con
ello la aparición de los Estados Constitucionales de Derecho en Indoamérica.
Haya de la Torre fue presidente
de la Asamblea Constituyente de 1978-1979 elegido en un parlamento que estaba
conformado por representantes de derecha, centro, izquierda, etc. y fue elegido no como fruto de las negociaciones políticas que usualmente hay para elegir a una mesa directiva del Congreso, sino como un reconocimiento de los constituyentes a la obra política de Víctor Raúl. Luis Bedoya Reyes, líder del PPC manifestó: "El apoyo lo hacemos sin conversaciones previas, sin pactos, sin entendimientos, sin negociaciones y sin exigencias, como un reconocimiento a los méritos personales de un político que ha entregado su vida a la lucha por sus ideales."
Haya desempeñó una labor importante que fue conseguir un consenso de esta asamblea muy variada. Muchos analistas políticos y jurídicos confirman la pericia que tuvo Haya de la Torre para poder dirigir esta constituyente y de ella sacar un texto constitucional de una gran importancia y proyección. Para eso Haya de la Torre fue muy claro desde el inicio. En su discurso al asumir la presidencia llamo al consenso y al trabajo por el Perú, más allá de las ideologías políticas. “Una Constituyente no legisla para un partido, ni para un sector, sino para todo el pueblo y debe procurar la concordancia constructiva de aspiraciones fundamentales” Dijo.
Haya desempeñó una labor importante que fue conseguir un consenso de esta asamblea muy variada. Muchos analistas políticos y jurídicos confirman la pericia que tuvo Haya de la Torre para poder dirigir esta constituyente y de ella sacar un texto constitucional de una gran importancia y proyección. Para eso Haya de la Torre fue muy claro desde el inicio. En su discurso al asumir la presidencia llamo al consenso y al trabajo por el Perú, más allá de las ideologías políticas. “Una Constituyente no legisla para un partido, ni para un sector, sino para todo el pueblo y debe procurar la concordancia constructiva de aspiraciones fundamentales” Dijo.
Pero la grandeza de ese Haya
parlamentario no sólo se queda en su gran capacidad de consenso – que fue
reconocida en el momento por los representantes de derecha y de centro, sino
también la izquierda lo hizo posteriormente -. Ese Haya de 83 años, viejo y
lleno de madurez política, dio las grandes pautas y los temas que debería
considerar la Asamblea Constituyente del 78. Lo principal fue reconocer la
importancia de los derechos humanos y que estos deben inspirar el ordenamiento
jurídico. En su discurso, de forma energética manifestó “Necesitamos una
Constitución concisa y pragmática, que se centre en torno al hombre y a los
Derechos Humanos y forje un Estado nuevo para una sociedad mejor”. Fruto de
ello, en el preámbulo de la Carta de 1979 se puso que “creyentes en la primacía
de la persona humana y en que todos los hombres, iguales en dignidad, tienen derechos
de validez universal, anteriores y superiores al Estado” y el Título I de la Constitución trató sobre “Los derechos y deberes de la persona”, antes de
definir al Estado y su estructura como se hizo en todas las constituciones
precedentes.
Haya de la Torre, como presidente
de la constituyente, habló sobra la necesidad de la integración continental, el
voto al analfabeto, el reconocimiento constitucional de los derechos civiles y
políticos de la mujer, el voto desde los 18 años, la importancia del trabajo,
el buscar una sociedad sin explotados ni explotadores, manifestó la importancia
de la economía al servicio de la sociedad, etc. Hizo un homenaje a las
generaciones precederas que dieron su vida por un Perú mejor y manifestó su
deseo de trabajar por ellos así como por las generaciones futuras.
Son muchas cosas que decir de
Haya de la Torre como parlamentario y como presidente de la asamblea
constituyente, pero sobre todo, debemos destacar esas ganas de trabajar
pensando en el país, creyendo que los consensos son posibles pese a tener
tendencias opuestas y todo por el bien del Perú. Reconocer en todos sus
virtudes y explotarlas y que el diálogo alturado y de ideas para construir una
patria es posible. Ese es el legado de ese viejo león parlamentario y ese es el
camino por el que debemos transitar.
