martes, 25 de noviembre de 2014

Mi encuentro con Armando Villanueva



Era el año 2011. Para ese entonces yo trabajaba ya en Lima en el Congreso de la República gracias a un ofrecimiento que me hizo Lucho Wilson para trabajar en su despacho congresal. Tenía 22 años y trataba de aprovechar al máximo mi cargo y la ciudad. Por estas razones iba a  Alfonso Ugarte, a la Casa del Pueblo, donde conocí, gracias a Angel Montero, a un interesante grupo juvenil denominado Convicción, en el cual lo integraban el mismo Angel, Charlie Marca, Kike Valderrama, Franchesca Canaval, Junior Romero, Víctor Velezmorro, entro otros jóvenes que ahora brillan con luz propia, pero que lamentablemente, y como pasa en la política, el grupo se separó.

Fue por una invitación de ellos que un fin de semana pude llegar a la casa de Armando Villanueva, el viejo luchador y líder histórico del aprismo. Antes de ello, ya había visto personalmente al viejo Armando en Villa Mercedes, la casa de Haya de la Torre, por las festividades del Día de la Fraternidad, pero no tuve la ocasión ni la oportunidad de hablar con él, pues en Ate todos los asistentes se acercaban a Armando con ganas de tomarse una foto, así que el "zapatón" no tena tiempo de atender a todos.

Estaba muy emocionado por ir a hablar con Armando Villanueva y conocer su casa. Era parte de la historia del Perú del siglo XX y una leyenda viva dentro del partido aprista, además de haber sido el primer secretario general de la Juventud Aprista Peruana. En la casa de Armando también se encontraba Percy Murillo Goroycochea, quien escribió un interesante libro llamado "Historia del Apra" (Libro que todo aprista y no aprista debería leer). Eso hizo que el encuentro sea más interesante todavía. Al entrar donde estaba Armando, él se encontraba en su silla de ruedas, mirándonos firmemente pero con unos ojos paternales y de alegría. Todos los saludamos con respeto, no se si los demás compañeros, pero yo estaba nervioso. Al momento de sentarnos yo cogí un sitio muy preferencial, pues me senté al lado de Percy Murillo y muy cerca a Armando. De los jóvenes presentes era el que estaba más cerca a él. Lo que me permitió que me escuche mejor y que coja libros para hablar de sucesos o citas y leerle y dialogar mejor.

Una de las primeras cosas que me impresionó de la conversación con Armando fue la horizontalidad de la comunicación. Yo pensaba que el diálogo iba a ser vertical, casi como un monólogo del viejo Armando, pero estaba equivocado. Armando nos escuchaba a todos, respondía las preguntas, nos preguntaba, le dábamos nuestras apreciaciones, nuestros intereses. El los reflexionaba y citaba un hecho histórico, pero siempre con libros a la mano. De entrada se le notaba que era un hombre que le gustaba la lectura y más importante, le gustaba estar actualizado y sobre todo estar actualizado para poder conversar con los jóvenes.

Hablamos de muchas cosas, entre hechos históricos y sucesos presentes. Por la naturaleza de la conversación, mi nerviosismo inical pasó, pues hablar con Armando parecía hablar con un padre o con un viejo hermano mayor que te da los mejores consejos y las mejores enseñanzas de su vida. Me sentí en confianza que puede hablarle de Seoane y su supuesta pelea con el jefe, lo cual yo estaba investigando en ese entonces. Me contestó como siempre contesta, de una manera educadora, de una lección que yo tenía que aprender y no sólo entenderlo como una mera disputa. También hablamos del Cusco y del aprismo cusqueño. Armando estaba muy interesado en ello, pues era el único joven provinciano presente, además que provenía del Cusco, un lugar donde el antiaprismo es muy fuerte. Me preguntó interesado el por qué me volví aprista y le conteste como siempre contesto esa pregunta: En el debate. Le conté que me hice aprista estudiando y que en el Cusco es muy importante estudiar bien porque al existir mucho izquierdista antiaprista en el Cusco, la realidad nos exige ser mejores. A Armando le gustó mi respuesta y nos habló sobre la necesidad de estudiar y de superarse. Nos narró como Haya de la Torre llamaba a los parlamentarios apristas para regañarles cuando en sus intervenciones citaban mal algún autor o daban mal los conceptos.

Lo más impresionante de la conversación era la falta de odio que demostraba Armando Villanueva. El, que habría sufrido cárcel, destierro y persecución en su lucha política. El, al que le tildaron injustamente algunos delitos. El no tenía odio ni rencor por nada eso y por nadie. Me hacía acordar esa frase, gran frase de Haya de la Torre, "Mortal, no dejes que tu odio sea inmortal". Tal actitud se pondero en el año de su muerte. El 2013, tanto Armando Villanueva, como Javier Diez Canseco, líder de la izquierda peruana, dejaron de existir fisicamente, pero hubo una gran diferencia en sus velorios. Javier, quien de su rabia y odio hizo su forma de hacer política, en su velorio y entierro no recibió a sus opositores. Su familia no quería que vengan sus enemigos políticos, hicieron una lista de las personas que no podían ingresar a rendirle homenaje. Mauricio Mulder tan sólo fue capaz de escribir en un tuit "Honor al adversario que se va", pues la familia Diez Canseco no quería que ni se acerque a la casa; En cambio, el entierro de Armando fue diferente, todos los sectores fueron a darle su homenaje, los viejos rivales políticos tuvieron la oportunidad de despedirse del antiguo rival. Fueron a su entierro todos, como todos podían ir a visitarlo a su casa. Armando conversaba con todos más allá de la rivalidad política. Mauricio Mulder, en su discurso de despedida al viejo Armando en los Pasos Perdidos del Congreso de la República dijo: "Un hombre, que podía haber tenido incluso, porque humanos somos, la posibilidad de la revancha o de la venganza al encontrarse en situaciones de poder y al encontrarse con un esbirro o con un enemigo y al contrario, él propiciaba el diálogo, el entendimiento y recibía en su casa a todo el mundo. Eso sólo se aprende cuando se tiene lucha" 

Después de tres horas aproximadamente de conversación nos teníamos que retirar, pues por órdenes de la enfermera personal de Armando él tenía que descansar. Al despedirnos del viejo, llegó a la casa la c. Lucy, la eterna compañera de Armando Villanueva, que dejó la tranquilidad de Chile para apoyar las luchas de su esposo en el Perú. La c. Lucy nos pidió un favor, que vengamos siempre a visitarlo, que a él lo que más le gusta es hablar con los jóvenes.

Aproximadamente un año y medio después de ese encuentro, me llamó Kike Valderrama y me contó que iban a filmar un video dedicado a la juventud cusqueña del viejo Armando y que él, Armando Villanueva, me iba a dar unos saludos especiales en dicho video. Lamentablemente Armando se puso enfermo y el video nunca pudo ser gravado.



miércoles, 14 de mayo de 2014

A propósito del debate de la nueva Ley Universitaria

Ni con la ANR ni con Mora. A favor de una Superintendencia Autónoma

Yo sí soy uno de los que cree que el sistema educativo universitaria actual (Ley N° 23733 y D.Leg. N° 882) debe ser modificado por un sistema que responda a la realidad actual y que sobre todo priorice la calidad de la enseñanza superior, la investigación científica y tecnológica y el análisis de la realidad. Pero esto debe hacerse sin ningún control y sin injerencia del Poder Ejecutivo ni de ningún poder político tal como lo propone la Comisión de Educación presidida por el congresista de las filas de Perú posible, Daniel Mora.

En el Perú, lamentablemente, las leyes y los agentes han permitido que su sistema educativo universitario se hunda en la mediocridad, siendo la mayoría de universidades un fábrica de títulos sin casi nada de investigación y mucha mala formación académica. Los datos son muy tristes. No aparecemos en ningún puesto digno de aplaudir en los diferentes ranking de universidades a nivel mundial y de América Latina. La ANR y el CONAFU, que se deben encargar de supervisar a las universidades terminan siendo un club de amigos que rompen el principio de "imparcialidad objetiva" y no ha dado ningún fruto en favor de la educación superior. El control de la calidad que cada universidad debería hacer internamente a terminado por ser tan sólo un trámite burocrático más siendo totalmente ineficaz.´

Ante ello, el congresista Mora preparó un proyecto de ley para poder contar con una nueva Ley Universitaria, en la cual se crea una Superintendencia que se encargué de fiscalizar a las universidades, de autorizar su funcionamiento, de velar por la educación universitaria, etc. Todo eso esta bien, pero hay un problema. Esa superintendencia dependería del Ministerio de Educación y la mayoría de sus integrantes responden al Poder Ejecutivo y por ende estarían supeditados al Presidente de la República.

La autonomía universitaria tiene sustento constitucional, reconocida literalmente como tal en el art. 18° de la Constitución Política del Perú. Además, en 1919, cuando se hizo al reforma universitaria en el Perú, uno de las conquistas fue justamente esto, la autonomía universitaria. Los alumnos de ese entonces, estaban cansados que el gobernante de turno utilice a las universidades para sus fines políticos olvidándose los fines de la universidad. Esto fue una gran conquista. Pero lamentablemente, sí se aprueba el proyecto del congresista Mora tal cual como esta, volveríamos al siglo XIX y nuestras universidades pasarán a ser objeto de la voluntad política del gobernante de turno.

Por estas razones, es necesario contar con una superintendencia pero que no dependa de ningún poder del estado, sino tenga autonomía constitucional (Si la autonomía universitaria esta reconocida en la Constitución, el órgano que las supervise debe tener igual autonomía constitucional). En ese sentido, el año 2011, el congresista cusqueño Luis Wilson presentó el Proyecto de Ley N°4765-2010, en el cual se reforma el artículo 18° de la Carta Magna y se establece un Órgano Autónomo como ente Rector de la Educación Universitaria dándole autonomía con
stitucional y siguiendo los parámetros del Tribunal Constitucional en la STC N°0017-2008-AI/TC. En ese misma línea, el Parlamento Joven del Cusco - del cual soy integrante - se pronuncio a favor de contar con una superintendencia pero que no dependa del Poder Ejecutivo, sino tenga autonomía constitucional. 

Creo que este último camino es el debemos seguir. No podemos supeditar la educación universitaria al poder político y mucho menos a la voluntad del gobernante de turno. Queremos un ente que controle la calidad universitaria, sí, pero que a la vez respete la autonomía de las universidades. Sí se aprueba el proyecto de Mora tal cual como esta, el remedio va a ser peor que la enfermedad.

miércoles, 9 de abril de 2014

Juego de Tronos y nuestros políticos

Una de las sagas que más me ha cautivado y me sigue cautivando, como a millones de personas en el mundo, es la de Canción de Hielo y Fuego - más conocida como Juego de Tronos gracias a que HBO decidió llevarlo del libro a la TV - del gran George R.R. Martín. Las luchas por conseguir el Trono de Hierro o alguna cuota importante de poder te cautivan desde el principio hasta el final, teniendo desenlaces impensables y todo ello nos hace amar a diversos personajes como también odiar a muchos otros.

En este artículo trato de hacer una descripción de algunos personajes importantes de la saga de Martín e indicar cual de nuestros diversos personajes de la política nacional  podría tener esas características.

1.- Eddard (Ned) Stark.- Es obvio que tenía que empezar con este personaje que, para los que leímos el primer libro de la saga o vimos la temporada número 1 de la seria, pensábamos que era el personaje principal y el que viviría triunfando al final. Cuan equivocados estábamos.

Ned Stark representa a ese político ideal, hombre de honor y lealtad, con fines altruistas y siempre cumpliendo su deber. Todos lo respetaban, todos lo admiraban, pero no por ello dejo de ser traicionado. El pensaba que con su forma transparente de actuar podía jugar en el Juego de Tronos, pero al final fue traicionado, decapitado y declarado traidor y repudiado por muchos sectores. Ned Stark murió porque fue vencido por la realpolitik, aquella que consisten en los acuerdos, muchos de ellos sin honor, de las trampas y de los engaños. Su forma de hacer política de manera ideal no entraba en esa política sucia, corrompida y llena de intereses personales y familiares. Un personaje como Ned Stark no tenemos en nuestra política actual, pero es, seguramente, el ideal de lo que queremos ser como políticos.

2.- Tyrion Lannister (El diablillo o Gnomo).- El enano Lannister. Hijo del hombre más poderoso, rico y temido de los Siete Reinos, aunque no muy querido por su familia a excepción de su hermano. Tyrion es alguien que siempre esta leyendo y tiene mucha cultura. Es muchas veces malcriado, bromista, irreverente, arrogante y casi siempre sale bien parado de los duelos verbales. A diferencia de Ned Stark, Tyrion sí es alguien que entiende como actuar en el Juego de Tronos. Sabe jugar sus fichas, comprar voluntades o ganárselas. Siempre piensa en los pasos que podrían dar sus adversarios y él siempre quiere adelantarse a ellos y a los hechos. Pero a pesar de ello, es alguien que desea la prosperidad del reino y a pesar de sus formas no tan "honorables" como las de Stark busca la justicia y hacer bien su trabajo y también piensa en como lo van a recordar las generaciones futuras. Fue juzgado dos veces por crímenes que no cometió aunque muchos sectores daban su vida de que era culpable. La primera vez se libro de la sentencia, pero la segunda no, y tuvo que huir.

Nuestro Tyrion peruano sería Alan García - claro que dejando de lado el tamaño y la belleza, pues los dos son totalmente opuestos-. Alan, al igual que el Lannister, es un político culto e inteligente, sabe jugar en nuestra política, aunque haga algunas cosas que ha muchos sectores les desagrade. Le importa como las generaciones futuras lo recuerden, le importa el desarrollo del país, etc. Al igual que Tyrion, Alan también tiene procesos y mucha gente piensa que es culpable aunque no haya pruebas directas para acusarlo o sentenciarlo.

3.- Robert Baratheon.- El rey Robert consiguió su reino en una lucha contra el rey loco. A pesar del apoyó de diversas casas a la cruzada de Robert y de mucho descontento en el reino, Robert luchó contra su predecesor por motivos de venganza personal pero no porque quería ser un mejor rey. Robert era un guerrero, le gustaba la vida bohemia y estar sin preocupaciones y odiaba ser rey y siempre pensaba que no estaba hecho para el cargo y por ello todo lo dejaba a su Mano (Jon Arry y después Eddar Stark).

En cuanto a sus vicios personales, el rey Robert, se puede parecer a Alejandro Toledo, pero en lo político, nuestro Baratheon peruano podría ser kenji Fujimori, porque kenji parece ser que sólo esta en la política por motivos personales y para defender o vengar a su papá desde su curul. Parece que no le importa en como va el país y su única agenda es que su padre salga de la cárcel.

Esta es una comparación muy forzada, porque a pesar de todo, Robert Baratheon tiene muchos méritos personales y consigue el respeto de muchos de sus ex enemigos, cosas que Kenjo no hace, pues tan sólo da risa que esté en el congreso.

4.- Cersei Lannister.- La reina Cersei, esposa de Robert Baratheon, es una mujer encantadora cuando debe serlo o tiene que serlo, se comporta como toda una verdadera reina, es bien educada y puede parecer la mujer más encantadora del reino, pero también es cruel y ambiciosa y despiadada con sus enemigos. Cersei tiene mucho poder en el reino. Muchos de los consejeros de su esposo en realidad le sirven a ella y a su familia, sabe jugar sus fichas y no le importa sacrificar a algunos de sus súbditos para mantener su gran poder.

Nuestra Cersei peruana es sin duda Nadine Heredia, no sólo porque es la esposa del presidente, sino porque tiene un gran poder dentro del ejecutivo y muchos de los ministros de estado son "sus" ministros y no los de su esposo. No le importa sacrificar a unas cuantas piezas para mantener su poder, tal cual como esta demostrado con el maltrato que le hizo al ex premier César Villanueva.

5.-  Tywin Lannister.- El señor de Casterly Rock es quizá el más poderoso, el más rico y el más temido de los Siete Reinos. Tywin sueña con ver a su familia siendo dueña de todo el reino y para conseguir ello sus acciones no tienen límite. Conquista con las armas o compra con el oro las voluntades de sus enemigos o no tan enemigos. Tiene una gran ambición y es casi un tirano. No le gusta que lo contradigan y mucho menos que lo desobedezcan. 

Nuestro Twyn sería Alberto Fujimori, por su ambición de poder, por su manera de gobernar dictatorialmente y sobre todo por querer ver engrandecido su nombre en todo el país.

6.- Stannis Baratheon.- El hermano del rey Robert Baratheon es un militar desde todos los ángulos en que se le mire, aunque también se proclama rey y quiere gobernar los siete reinos, pero no por un deseo personal sino porque considera que es el heredero legítimo del trono. A diferencia de sus dos hermanos, Stannis no tiene carisma para la política, siempre para rígido y tiene un concepto de justicia un poco extremo. Influye en él demasiado la mujer roja (Melisandre) y le hace creer que es un salvador y soldado del Dios del Fuego.

Nuestro Stannis peruano sería Ollanta Humala, porque a pesar de estar metido varios años en política y ser un Presidente, no deja de ser un militar y su forma de actuar es más esa que la de un verdadero político. Además, también Humala, al igual que Stannis, es muy influenciado por una mujer y casi siempre toma sus decisiones con ella. En el consejo privado de Stannis o en cualquier otra reunión siempre esta Melisandre, al igual que siempre este presente Nadine Heredia para Ollanta Humala.

Algo de Stannis también tenía el difunto Javier Diez Canseco, especialmente en la forma dura de su carácter, la manera fuerte como hablaba, el enojo que siempre tenía, y sobre todo que JDC también es hierro como Stannis, como lo describe Donal Noye: "Robert era el auténtico acero. Stannis es puro hierro, negro, duro y fuerte, pero quebradizo como suele ser el hierro. Se partirá antes de doblarse". Pues igual era el héroe de la izquierda peruana, nunca iba someterse o doblegarse, antes se rompía.

martes, 11 de febrero de 2014

Haya Parlamentario


Víctor Raúl Haya de la Torre fue el político más importante del Perú del siglo XX y uno de los más importantes de América Latina. Desde joven hasta los últimos días de su vida realizó una lucha constante y sin descanso para conseguir un país libre, democrático y con justicia social. Muchas de las cosas por las que él había luchado y por lo que miles de sus compañeros dieron su vida y sangre fue plasmado en la Constitución Política de 1979. “Nos aguarda la tarea de cristalizar, en principios precisos y en instituciones modernas, esos ideales de democracia y justicia social, de pan con libertad, que fueron guión y bandera de varias generaciones en nuestro país” dijo el Viejo al asumir la Presidencia de la Asamblea Constituyente en 1978.

La Constitución Política de 1979 fue considerada como la más avanzada de la época en América Latina y marco el inicio de la constitucionalización de los ordenamientos jurídicos en América Latina, trayendo a este lado del continente del neoconstitucionalismo y con ello la aparición de los Estados Constitucionales de Derecho en Indoamérica.

Haya de la Torre fue presidente de la Asamblea Constituyente de 1978-1979 elegido en un parlamento que estaba conformado por representantes de derecha, centro, izquierda, etc. y fue elegido no como fruto de las negociaciones políticas que usualmente hay para elegir a una mesa directiva del Congreso, sino como un reconocimiento de los constituyentes a la obra política de Víctor Raúl. Luis Bedoya Reyes, líder del PPC manifestó: "El apoyo lo hacemos sin conversaciones previas, sin pactos, sin entendimientos, sin negociaciones y sin exigencias, como un reconocimiento a los méritos personales de un político que ha entregado su vida a la lucha por sus ideales."

Haya desempeñó una labor importante que fue conseguir un consenso de esta asamblea muy variada. Muchos analistas políticos y jurídicos confirman la pericia que tuvo Haya de la Torre para poder dirigir esta constituyente y de ella sacar un texto constitucional de una gran importancia y proyección. Para eso Haya de la Torre fue muy claro desde el inicio. En su discurso al asumir la presidencia llamo al consenso y al trabajo por el Perú, más allá de las ideologías políticas.  “Una Constituyente no legisla para un partido, ni para un sector, sino para todo el pueblo y debe procurar la concordancia constructiva de aspiraciones fundamentales” Dijo.

Pero la grandeza de ese Haya parlamentario no sólo se queda en su gran capacidad de consenso – que fue reconocida en el momento por los representantes de derecha y de centro, sino también la izquierda lo hizo posteriormente -. Ese Haya de 83 años, viejo y lleno de madurez política, dio las grandes pautas y los temas que debería considerar la Asamblea Constituyente del 78. Lo principal fue reconocer la importancia de los derechos humanos y que estos deben inspirar el ordenamiento jurídico. En su discurso, de forma energética manifestó “Necesitamos una Constitución concisa y pragmática, que se centre en torno al hombre y a los Derechos Humanos y forje un Estado nuevo para una sociedad mejor”. Fruto de ello, en el preámbulo de la Carta de 1979 se puso que “creyentes en la primacía de la persona humana y en que todos los hombres, iguales en dignidad, tienen derechos de validez universal, anteriores y superiores al Estado” y el Título I de la Constitución trató sobre “Los derechos y deberes de la persona”, antes de definir al Estado y su estructura como se hizo en todas las constituciones precedentes.

Haya de la Torre, como presidente de la constituyente, habló sobra la necesidad de la integración continental, el voto al analfabeto, el reconocimiento constitucional de los derechos civiles y políticos de la mujer, el voto desde los 18 años, la importancia del trabajo, el buscar una sociedad sin explotados ni explotadores, manifestó la importancia de la economía al servicio de la sociedad, etc. Hizo un homenaje a las generaciones precederas que dieron su vida por un Perú mejor y manifestó su deseo de trabajar por ellos así como por las generaciones futuras.

Son muchas cosas que decir de Haya de la Torre como parlamentario y como presidente de la asamblea constituyente, pero sobre todo, debemos destacar esas ganas de trabajar pensando en el país, creyendo que los consensos son posibles pese a tener tendencias opuestas y todo por el bien del Perú. Reconocer en todos sus virtudes y explotarlas y que el diálogo alturado y de ideas para construir una patria es posible. Ese es el legado de ese viejo león parlamentario y ese es el camino por el que debemos transitar.